jueves, 16 de diciembre de 2010




La vida de Blas Infante Pérez.-

La biografía de Blas Infante Pérez (Casares, 5 de julio de 1885-Sevilla, 11 de agosto de 1936) viene a ser, en buena medida, la historia del esfuerzo por la recuperación, material y moral, de Andalucía; la forja, en definitiva, de un ideal para Andalucía. Ese es el objetivo esencial que inspira y guía toda la vida y la obra de quien ya por ello es considerado “Padre de la Patria Andaluza”.

Blas Infante nació en el seno de una familia de labradores acomodados. Casares, Archidona y Granada van a ser los tres escenarios esenciales de su infancia y juventud. En Casares, bellísimo pueblo blanco recostado sobre una loma, con el mar en el horizonte, discurrirá su niñez. En Archidona, señorial lugar emplazado sobre la falda de una áspera sierra, entre 1895 y 1900, cursará el bachillerato en el internado de los Escolapios. Entre 1901 y 1904 problemas familiares le obligarán a permanecer en Casares, donde trabaja como auxiliar de su padre en la secretaría del Juzgado Municipal. Entre junio de1905 y octubre de 1906 estudiará y concluirá Derecho en la Universidad de Granada. Es la trayectoria típica de un hijo de familia de clase media desahogada. La “etapa granadina” es fundamental en la vida de Infante. Allí asimilará el pasado andaluz; sus viajes por Andalucía le permitirán conocer directamente su realidad. Se le muestra así el brutal contraste entre un pretérito esplendoroso y un presente dramático. De 1907 a 1909 vive de nuevo en Casares, preparando las oposiciones a Notarías, leyendo y formándose intelectualmente. Gana plaza de notario, que no podrá ocupar hasta 1910, al cumplir la edad reglamentaria. En 1910 toma posesión de la notaría de Cantillana (Sevilla), instalando también vivienda en Sevilla, que pasará a ser el nuevo, y ya definitivo, escenario de su biografía. Entre 1910 y 1915 va a cuajar su orientación definitivas el encuentro con el georgismo (en 1913 participará en el Congreso Georgista de Ronda), su profunda inquietud por la cuestión de la tierra -el hiriente contraste entre latifundios y jornaleros y el contacto con los hombres del Ateneo Hispalense y de la revista Bética, le llevarán al andalucismo, o sea: a la construcción de un proyecto político que trata de dar soluciones a los problemas estructurales de la realidad andaluza. Su Ideal andaluz (Sevilla, 1915) será un primer esbozo de alternativa; la formulación de un programa de regeneración para Andalucía.

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